Diferencia horaria; lluvia.

Madrid se ha despertado lluviosa. Pero han sido más bien cuatro gotas si lo comparamos con los destrozos ocasionados por el huracán Sandy en la capital del mundo, Nueva York. Tengo una amiga que se ha ido allí a buscarse un futuro. Al contrario que todo sus amigos y familiares que estábamos aquí, ella estaba bastante tranquila. O eso aparentaba. He estado hablando con ella toda la noche, sobre todo cuando el huracán (ya convertido en tormenta tropical) tocó tierra allí sobre la 1 de la madrugada aquí. Me contaba cómo se movían las paredes, el suelo, el ruido del viento y yo iba siguiéndolo vía Twitter, por lo que se podría decir que es como si yo "lo hubiera vivido". He pasado miedo por ella y porque he pensado que si yo hubiera estado allí sola práctimante, lo habría pasado fatal. A pesar de la diferencia horaria y de los miles de kilómetros, yo también he sufrido la catástrofe del Sandy, por mi amiga, por todos los afectados y por lo poco que valoramos muchas veces lo que tenemos. Una de las principales potencias del mundo, se ha despertado hoy más vulnerable que nunca. Mientras, en Madrid llueve.